La tan no leve existencia de un blog

Es una lástima que Xenia, aka Beatriz Vignoli, tuviera que anunciar el casi paso a clandestinidad de su blog, o que su publicación será esporádica, o que una bloguera no pueda dar sus opiniones sobre cosas, asuntos, obras y que eso te cueste la vida (literaria) o los mangos pa comer.
El aviso en sí no me crea desazón pero sí mucha bronca. Esta ciudad se ha cargado a varias minas y varios tipos que no llevan adelante una obediencia debida a pautas culturales, a nombres de moda, a críticos de moda, a la paranoica sandez de la academia letrística o artística, bla bla.
A mí me costó perder un kiosko de libros en eventos poéticos, hace más de cuatro años que no me invitan a lecturas de poemas como lectora (off course), me dejaron de publicar en un diario; a mi pareja por tiro por elevación o porque creen que somos siamesas la han forzado casi al mismo ostracismo, y eso por haberle dicho no a cierta gente de la cultura, o haber criticado con argumentos (cosa que muy poca gente hace) ciertos eventos, o su forma de organizar.
Una sigue escribiendo, haciendo poesía, escribiendo sus ensayos, dando clases en la Facultad, y realmente no necesito estar en el candelero para que la gente que me conoce o que sabe lo que hago sepa que sigo escribiendo, o haciendo cosas.

La entiendo a Beatriz y me da bronca que su voz se deba asordinar por la máquina de picar carne que es el ámbito cultural rosarino, al que tantas malas jugadas les hacen los Diz, los M. Prieto, las granjas e islas González.
Por suerte existe otra gente que para, justamente existir, no necesita ingresar al canon de breves historias literarias, ni en ambitos municipales y siguen haciendo lo suyo, de manera casi clandestina, como francotiradoras/es.

Seguro este post me deparará más años de ostracismo, realmente me chupa dos ovarios juntos, pero en esta puta ciudad, como decía Fito, todo se incendia y se va.

Tags: lesbianas, lesbiana, feminismo, mujeres,